Desde el Algarve a La Mancha, el estrés térmico en la península ibérica es un fenómeno que puede tener efectos significativos en la calidad y la viabilidad de frutas y hortalizas. Durante el verano y con este tipo de condiciones extremas de temperatura puede causar daños fisiológicos y bioquímicos en las plantas, afectando su crecimiento, desarrollo y, finalmente, su rendimiento.
Estrés térmico en melones y sandías
En melones y sandías, uno de los problemas más evidentes causados por el estrés térmico es el craqueado o agrietamiento de la piel de las frutas. Este fenómeno ocurre cuando la temperatura fluctúa rápidamente, causando que la piel se expanda o contraiga más rápido que la pulpa, resultando en fisuras. Estas fisuras no solo disminuyen la apariencia estética de las frutas, sino que también proporcionan una vía de entrada para patógenos, reduciendo su vida útil y calidad.
La deshidratación es otra consecuencia preocupante del estrés térmico. Las altas temperaturas pueden provocar una pérdida excesiva de agua, lo que lleva a una reducción en la turgencia de las células vegetales. Esto puede resultar en una textura menos crujiente y un sabor menos intenso, dos atributos clave en frutas como melones y sandías. Además, la deshidratación puede llevar a una disminución en el peso y el tamaño de las frutas, afectando directamente la rentabilidad para los productores.
Para mitigar estos efectos, es crucial implementar prácticas agronómicas adecuadas, por ejemplo con el uso de:
- Coberturas del suelo,
- Sombra natural,
- Sombra artificial (te detallamos como implementar sombra artificial más abajo),
Son algunas de las estrategias que se pueden emplear para reducir el impacto del estrés térmico. Además, la selección de variedades resistentes al calor y el manejo cuidadoso del riego pueden jugar un papel importante en la prevención del craqueado y la deshidratación.
Es importante destacar que el estrés térmico no solo afecta la calidad física de las frutas y hortalizas, sino que también puede tener un impacto en su composición nutricional. Las altas temperaturas pueden alterar el metabolismo de las plantas, afectando la síntesis de compuestos importantes como vitaminas, antioxidantes y otros fitonutrientes esenciales para la salud humana.
6 estrategias para mitigar el estrés térmico en cultivos en frutas y hortalizas
Para hacer frente al desafío del estrés térmico que afecta negativamente a la fisiología de las plantas, su desarrollo y, en última instancia, la productividad de los cultivos existen diversas estrategias agronómicas que pueden implementarse para mitigar los efectos del estrés térmico en los cultivos. Estas estrategias se centran en la prevención y el manejo del estrés, buscando mantener la homeostasis de las plantas y asegurar su rendimiento óptimo.
1. Selección de Variedades Resistentes
Una de las medidas más efectivas es la selección de variedades de cultivos que sean inherentemente más resistentes al calor. La investigación y el mejoramiento genético han permitido el desarrollo de variedades que pueden tolerar temperaturas más altas sin comprometer su rendimiento.
2. Manejo del Agua
El riego inteligente y el uso de mulch o coberturas del suelo pueden ayudar a mantener la humedad del suelo y reducir la temperatura del suelo. Esto es crucial, ya que un suelo bien hidratado puede ayudar a las plantas a soportar mejor el calor.
3. Protección Física
La implementación de sombra natural o artificial puede proteger a las plantas del estrés térmico directo. Esto puede lograrse mediante el uso de mallas sombreadoras o la plantación estratégica de cultivos más altos que proporcionen sombra a los más bajos.
4. Manejo Nutricional
Un manejo nutricional adecuado es vital para fortalecer las plantas contra el estrés térmico. Esto incluye la aplicación equilibrada de fertilizantes y el uso de enmiendas del suelo que mejoren la capacidad de retención de agua y nutrientes del suelo.
5. Ingeniería Ambiental y Ambientes Protegidos
La creación de microclimas controlados mediante invernaderos o túneles altos puede ser una solución efectiva, especialmente para cultivos de alto valor. Estos sistemas permiten un control más preciso sobre la temperatura, la humedad y la radiación solar.
6. Prácticas Culturales
Las prácticas culturales, como el mantenimiento de las cubiertas limpias de hierba y la poda, también juegan un papel importante en la prevención del estrés térmico. Estas prácticas ayudan a mejorar la circulación del aire y reducir la acumulación de calor en el dosel del cultivo.
Cómo implementar sombra artificial en tus cultivos
La implementación de sombra artificial en los cultivos es una técnica agrícola que ha ganado mucho interés como una solución efectiva para mitigar el estrés térmico causado por el calor excesivo. Esta práctica protege a las plantas de la radiación solar directa además de contribuir a un mejor manejo del agua y a la prevención de quemaduras en los tejidos vegetales. A continuación, se detallan algunas de las estrategias más comunes para la implementación de sombra artificial en los cultivos.
Mallas sombreadoras
Una de las formas más directas de proporcionar sombra artificial es mediante el uso de mallas sombreadoras. Estas mallas están diseñadas para filtrar una porción de la luz solar, reduciendo así la intensidad de la radiación que alcanza las plantas. Se pueden instalar sobre estructuras de soporte y ajustar según la densidad de sombra deseada. Además, ayudan a proteger los cultivos de plagas y reducir el daño causado por cambios climáticos.
Selección de árboles y setos de sombra
La selección de árboles y setos de sombra adecuados es crucial en la agroforestería. Los árboles deben ser compatibles con los cultivos subyacentes y el entorno local. Deben proporcionar la cantidad correcta de sombra sin competir excesivamente por recursos como la luz, el agua y los nutrientes. Los árboles de sombra también pueden ofrecer beneficios adicionales, como la producción de frutos, nueces o madera.
Maximizar la regulación de la sombra y el microclima
El objetivo de la implementación de sombra artificial es crear un microclima favorable que promueva el crecimiento saludable de los cultivos. Esto implica regular la cantidad de sombra para evitar la reducción excesiva de la luz solar, que podría afectar negativamente la fotosíntesis. La regulación adecuada de la sombra también ayuda a mantener la temperatura y la humedad del suelo en niveles óptimos.
Poda de árboles de sombra como recurso sostenible
La gestión sostenible de los árboles de sombra incluye prácticas como la poda regular para controlar la densidad del follaje y la altura de los árboles. Esto asegura que los cultivos reciban la luz adecuada y que los árboles de sombra no se conviertan en una fuente de competencia desmedida.
El sombreado: aliado del Productor sostenible
Al implementar sombra artificial, es importante considerar factores como la orientación del terreno, los patrones de viento y la topografía. La estructura de soporte para las mallas sombreadoras debe ser resistente y capaz de soportar condiciones climáticas adversas. Además, es esencial planificar el mantenimiento regular para garantizar la efectividad y durabilidad de la sombra artificial.
En resumen, desde ZERYA recomendamos la implementación de una estrategia de gestión del sombreado en los cultivos para combatir el estrés térmico y mejorar la resiliencia de los cultivos ante el cambio climático. Al adoptar estas prácticas, los agricultores pueden asegurar la calidad y la productividad de sus frutas y hortalizas.
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